Luis Enrique volvía a sentarse en un banquillo más de 17 meses después de la última vez (un 23 de marzo de 2019 en Mestalla, frente a Noruega). Estuvo inquieto toda la noche, como es él. «¡Ahora sí! ¡Ahora sí!», se le podía escuchar, ordenando una presión, gracias a las gradas vacías de los estadios en este nuevo fútbol. Celebró con euforia el gol del empate de Gayá, y después, ante los micrófonos, se le vio exultante.
«Me voy muy contento con lo que he visto. Me gusta que mi equipo salga a por el partido independientemente de donde juegue, y me hubiese dado rabia que los jugadores no se hubiesen llevado el punto que se merecían«, expuso. No considera el asturiano que la selección fuera inferior a su rival. «Creo que hemos estado muy bien, y la lástima es que no marcamos 10 minutos antes, porque le podíamos haber dado la vuelta al partido«, dijo, y apuntó: «Me encanta lo que he visto de los jóvenes, creo que van a tener mucho más minutos aquí. Ferrán ha hecho un partidazo, Ansu ha tenido un debut sonado…»
Cómo no, le preguntaron por la renovación de la confianza en David De Gea, dueño de un partido fantástico. «No me sorprende. David lleva partidos espectaculares como este muchos en la Premier. Mi staff, que le hace un seguimiento diario, me lo dice. De hecho, con lo que ha hecho hoy, deberíamos estar diciendo: ‘¡qué porterazo tenemos!’, pero no va a ser así, porque aquí sólo salen en los telediarios cuando fallan. Ya están acostumbrados».
España, con el gol ‘in extremis’ de Gayá, mantiene sus opciones intactas en esta Liga de Naciones, donde sólo uno pasa a la fase final. El domingo recibe a Ucrania, que se impuso a Suiza (2-1).