A César Díaz (Villamalea, 1987) le está costando hacerse un hueco en el once del Castellón. El delantero manchego, clave en la permanencia del equipo en Segunda B hace dos temporadas y pieza también importante en el ascenso del pasado curso, apenas había jugado un cuarto de hora tras las primeras cinco jornadas del campeonato. No fue hasta los dos duelos seguidos en Castalia ante Girona y Almería cuando se estrenó como titular para regresar después al banquillo. En seis de los doce partidos que ha jugado el equipo que dirige Óscar Cano ni siquiera ha participado pero su situación puede cambiar tras el triunfo ante el Cartagena.
César volvió al once para aparecer por el perfil derecho del ataque del Castellón aprovechando su polivalencia.
El técnico necesitaba también darle una sacudida al equipo tras el desastre de Oviedo y uno de los elegidos para los cambios fue el delantero manchego, que participó en el triunfo dando la asistencia para el segundo gol de Rubén Díez. «Me encontré muy bien, con cualquier participación que tenga me centro en dar lo máximo, hacer lo que depende de mí. Creo que el otro día las sensaciones del equipo en general fueron buenas y las mías también. Hay una competencia muy grande pero lo importante es que el equipo consiga resultados que nos afiancen en la categoría y nos den tranquilidad», explicaba tras el entrenamiento de este jueves.
Y es que no es fácil jugar en un equipo con cinco delanteros de los que, habitualmente, sólo viene actuando uno de inicio. Zlatanovic parece haberse afianzado en el puesto de ‘9’ aunque Cano ha ido introduciendo algunas variaciones y en algunos partidos ha optado por jugar con dos puntas. La posibilidad de que César Díaz juegue en banda puede garantizarle más minutos al delantero, que ya sabe lo que es tener continuidad y marcar en Segunda. Durante su etapa en el Albacete ya acumuló 73 partidos y ocho goles en la categoría de plata. Ahora está pendiente de estrenar su cuenta con el Castellón, con el que anotó 18 tantos en temporada y media en Segunda División B.