En el liderato de LaLiga Santander con su remontada al Levante y con tantos déficit en la primera parte como méritos en la segunda, el Valencia defiende este sábado su cima frente a la ambición europea del Celta, que mide sus aspiraciones de competir por más que la permanencia en su reestreno en Balaídos.
La obsesión de la plantilla por devolver al conjunto celeste a tal objetivo sostiene la ilusión de una afición que viene de padecer dos fracasos consecutivos, pero que tampoco necesita mucho para soñar de nuevo con repetir los éxitos vividos bajo el liderazgo de Eduardo Berizzo.
Ese es el mayor desafío de Óscar García Junyent. La sombra del técnico argentino fue una losa demasiado grande para Juan Carlos Unzué, Mohamed, Cardoso y Fran Escribá. El técnico cumplió el curso pasado, no sin sufrimiento, el objetivo de la permanencia; ahora demanda fichajes para soñar de nuevo con Europa.
Uno ya ha debutado a sus órdenes: el peruano Renato Tapia. Y otro acaba de llegar: Jeison Murillo. La llegada del colombiano ha subido la exigencia del celtismo, que ha encontrado en Tapia al jugador capaz de dotar de músculo al centro del campo de su equipo, tan sobrado de calidad en ataque como frágil a nivel defensivo.